Hábitos poco saludables de las nuevas generaciones

Hábitos diarios de los niños, adolescentes y adultos que adulteran el comportamiento y la salud. Una retrospectiva antropológica y cosmológica.

Como profesor, entrenador y persona que observa los hijos de los demás en sitios públicos cuando su actitud destaca positiva o negativamente, no dejo de asombrarme cada día de los hábitos que hoy en día se han adquirido y que se alejan demasiado de la propia naturaleza humana, de la máxima expresión del ser humano y su biología.

No es normal ver a niños hablando (obsesionados) de todos los videojuegos que se han pasado y de todos los que sus padres les van a comprar, no es normal verlos en restaurantes abducidos por las pantallas de las tablets, móviles y videoconsolas portátiles en vez de comunicarse y jugar con los demás, con sus hermanos o simplemente comportándose, para después quejarse de los kilos engordados o del mal comportamiento si no existe un Smartphone al que echar mano. No quiero decir con esto que las nuevas tecnologías deban estar terminantemente prohibidas, pero debemos llegar a un punto medio en donde la utilización tecnológica sea un refuerzo positivo hacia el buen comportamiento de la persona, y no un mero utensilio para parar un mal berrinche.

“Se ha comunicado que escolares obesas ven televisión más tiempo y realizan
actividades menos intensas y más breves que niñas normales. También se ha
demostrado en escolares obesos un bajo gasto energético de reposo y
reducidos índices de actividad física que incluye el deporte y la actividad física.
(MECABA. Supervisión de Educación Física, Proyecto: “Jugate por el
movimiento” 2013).

Aquí, en estas palabras reside una de las claves que subyacen dentro de la propia evolución del ser humano, de la expresión genética de nuestro propio ser, una medicina natural y que no es nada más que el propio deporte.

Os dejo con un vídeo que plasma uno de los problemas que se han comentado: los niños y su adicción a las pantallas. Marian Rojas Estapé nos habla de que «estamos ante la primera generación de humanos en la que los hijos van a ser menos inteligentes que los padres» vinculando la corteza prefrontal (encargada del control conductual, la personalidad e incluso las capacidades cognitivas) y la Oxitocina (se presenta en su mayoría cuando el individuo experimenta sensaciones altamente agradables) con la falta de madurez cerebral.

 

Podríamos enumerar fácilmente todos los beneficios que la actividad física produce, como la socialización, la mejora de las capacidades físicas, la mejora de la salud, disciplina, recreación e inclusión, pero quizás nos saldríamos del objetivo principal de nuestro artículo. Según la OMS en 2016, se define el sedentarismo como «la falta de actividad física regular, con menos de 30 minutos diarios de ejercicio y menos de 3 días a la semana«. De esta forma, se conciben una de las mayores causas de sobrepeso y obesidad tanto en adultos como en niños a esta falta de actividad. Por lo tanto, desnaturalizamos aquello que es natural, acostumbrándonos a permanecer sedentes demasiado tiempo y evitar cualquier forma de ejercicio físico sin tener en cuenta todos aquellos beneficios que nos aportan.

«Como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización». (OMS, 2016)

Llegamos incluso a ir más lejos. Durante muchos años, hablando con amigos y conocidos a los cuales (respetablemente) no les gusta el deporte, se puede observar un claro rechazo y mofa con respecto a aquellos que deciden cuidarse la alimentación o mantenerse activos. Como decía anteriormente, se ha desnaturalizado lo natural. Es decir, comer verduras, ensaladas, frutas, carnes sin salsas, evitar bollería, etc; y no comer el propio producto artificial, que está tan a la orden del día, y que son tan cómodos y fáciles de adquirir; ya es motivo de burla o de ser tachado de obsesionado de las dietas.

 

También puede interesarte el artículo de actividad deportiva recomendada en niños y adolescentes.

 

Retrospectiva cosmológica y antropológica hacia la evolución del ser humano y su verdadera naturaleza.

Ya no es solo hacer deporte, sino comer sano lo que está en el punto de mira. Pero echemos la vista atrás, miremos en retrospectiva hacia la creación de nuestro planeta. Aquellos componentes que provienen del universo y que sirvieron para crear la vida propia y la evolución. «Nos componemos de polvo de estrellas». Esta frase, tan poética y científica, la dijo el científico Carl Sagan (1934-1996) en un ejercicio de razonamiento absoluto.  También en 1929 Harlow Shapley dijo: “We organic beings who call ourselves humans are made of the same stuff as the stars”.

Todo viene de las estrellas y de ellas comienza la vida. Para explicar un poco esta afirmación debemos adentrarnos en las profundidades de las estrellas moribundas (a punto de estallar) y expulsar todo tipo de elementos al espacio exterior, convirtiéndose en supernova y quizás en otro tipo de estrella inerte más pequeña o incluso un agujero negro.

Dentro de las estrellas moribundas.

Una estrella durante su vida, quema Hidrógeno, transformándolo en Helio. Cuando la temperatura sigue aumentando llegando a millones de grados, el Helio se transforma en Carbono, del Carbono se fusiona al Oxígeno, y así sucesivamente.

Cuando una estrella empieza a morir, fusiona todo su combustible disponible, estalla y lanza diferentes elementos como Magnesio, Azufre, Níquel, Hierro, y muchos más hacia el espacio, desatando una completa tormenta estelar o polvo de estrellas que más adelante dará lugar a condensaciones de materia en otros lugares y que dará paso a la creación de más estrellas y planetas. Si las condiciones son ideales, todos aquellos elementos que se crearon dentro de una estrella, ahora darán lugar a la propia vida en otro lugar del universo.

Dentro del nacimiento del ser humano.

Todos estos elementos que han dado lugar a océanos, ríos, bosques, plantas; ahora alimentarán a los animales y a los seres vivos que habitan en este nuevo mundo. Es importante, por ello, tener en cuenta que nacimos, crecimos, nos reproducimos y evolucionamos con la ayuda por aquella época de todos aquellos alimentos naturales que provienen de este polvo. No nos hizo falta nada más. No nos hizo falta ningún producto artificial lleno de grasas, salsas, azúcares, comida precocinada llena de aditivos, colorantes, etc. Nuestra comida rápida era ir al árbol más cercano y coger la fruta que colgaba de él, y aún así conseguimos evolucionar.

Si damos un salto en el tiempo, hasta hace más de dos millones de años, cuando el Homo habilis sobrevivía gracias a su habilidad para fabricar instrumentos afilados; cortar carne, plantas y romper huesos ricos en fósforo para alimentarse era su rutina nutricional, además de hacer frente a todos los peligros con los que coexistía como forma de hacer deporte.

Piensa un segundo. Seguíamos evolucionando, sobreviviendo, prosperando y procreando. Todo ello se consiguió utilizando los alimentos que el polvo de estrellas nos dio. Gracias a ellos, y a su naturaleza surgió el Homo herectus y el Homo neanderthalensis, que a su vez dio paso al Homo sapiens en el 35000 ac.

Pero sigamos saltando en el tiempo, hasta cuando se produjo la invención de la agricultura y la ganadería en el neolítico hace unos 12000 años, cambiando totalmente la vida de entonces. Dejamos de ser puramente depredadores, para ser productores también. Su existencia se basaba en el trabajo físico para así tener una vida activa en la que producir e ingerir productos totalmente ecológicos, es decir, sin pesticidas, azúcares añadidos o laboratorios que adulteren. Como resultado, los pueblos nómadas que se dedicaban a cazar y recolectar, poco a poco se asentaron y domesticaron animales, cultivaron la tierra y mejoraron su estilo de vida.

Introspectiva de la era moderna.

Teniendo todo esto en cuenta, vemos que los seres humanos hemos sido capaces de evolucionar gracias a nuestra capacidad innata de movimiento que nos ha mantenido fuertes, resistentes, ágiles y capaces de conseguirlo todo. Asimismo, nuestros genes están diseñados con el mismo material que los alimentos que solíamos comer, y digo solíamos, porque hoy en día es cada vez más difícil ver a una persona comiendo de forma sana y natural, natural como el cuerpo y nuestra propia biología.

Debemos buscar un equilibrio dentro de esta época de la tecnología. La sensación que te proporciona salir a correr o andar por la naturaleza es inigualable. Nada llega a transmitir esa sensación. Somos parte de ella.

Es curioso ver cómo hemos cambiado. Ahora preferimos pasar horas mirando el ordenador, la televisión, redes sociales, etc; antes que salir y jugar, caminar o hacer deporte. Preferimos irnos al estante de precocinados o comida de calentar y listo, antes que coger un producto natural, prepararlo y seguir con lo que nuestros antepasados nos legaron. Preferimos dar a nuestros hijos un videojuego para que pase las horas y nos dejen tranquilos. Queremos además que nos salgan inteligentes, deportistas, sociables y sanos.

Esto produce un caos biológico traducido en distintos tipos de enfermedad. Estamos preparados para cazar, movernos, saltar, trepar, correr, traccionar, empujar; y no para estar sentados. De esta manera, y según la OMS de nuevo, la obesidad y sobrepeso se establece ya en 340 millones de niños y adolescentes (comprendidos entre 5 y 19 años) en todo el mundo, solo en 2016. Además ya 41 millones menores de 5 años tienen sobrepeso o son obesos.

Decidme, ¿qué de natural tiene eso? ¿qué de bueno hay en eso? Os invito a pensar y a no buscar miradas furtivas que busquen mofa cuando una persona diga no a una buena tarta de queso; os invito a comprender y ver más allá cuando alguien llegue tarde a una quedada de amigos por tener entrenamiento; os ruego ver lo profundo, ancestral y natural del ejercicio físico, del deporte, la alimentación y del que quiera sentirse un poco como nuestros antepasados; es decir, sentirse libres, en contacto con la naturaleza y su propio yo, capaces, ágiles, potentes, vivos y ser al final como el polvo de estrellas.

 

Bibliografía:

AGAMBEN, G. (2006). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida I, Valencia España: Pre-Textos.

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight

https://www.unprofesor.com/ciencias-sociales/etapas-de-la-evolucion-humana-resumen-corto-1983.html

¿De dónde viene la frase ‘Somos polvo de estrellas’ y qué significado tiene?

 

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