El desarrollo de la agilidad en adolescentes

Factores de los que depende la adquisición de la agilidad en adolescentes.

Técnicas de valoración de la agilidad.

¿Por qué no todo el mundo es ágil?, ¿qué necesito para ser ágil? y ¿puede un niño o un adolescente ser ágil solo por ser joven? Vamos a intentar aclarar durante este artículo estas preguntas, entender qué características biológicas necesitaremos para encontrarnos ágiles, y cómo entrenar y valorar la agilidad. Nos dirigiremos no sólo a adolescentes y niños, sino a aquellos adultos, en los que quizás dicha cualidad física todavía no resalte del todo.

Podemos decir que la agilidad es una capacidad resultante porque surge de la combinación de otras capacidades. En la agilidad están implicadas capacidades físicas básicas, capacidades neuromotoras y capacidades perceptivo-motrices. Dependiendo del autor o autores que tomemos como referencia, veremos a partir de qué capacidades se configura la agilidad.

 

¿De qué capacidades depende ser ágil?

En este campo, la terminología es confusa, ya que en ocasiones el significado de un término depende del contexto en que se encuentre, en ocasiones de la traducción, y otras veces del criterio del autor. Lo que sí está claro es que la agilidad es una capacidad que permite al individuo que la posee realizar movimientos con un nivel de calidad importante, con amplitud y, a la vez, con rapidez.
Si realizamos una breve revisión bibliográfica, veremos que hay distintas concepciones y clasificaciones de las cualidades motrices. Así, Gundlach (1968) y, posteriormente, Meinel y Schnabel (1987) clasificaron las capacidades motrices en dos grupos:

  • Condicionales: fuerza, resistencia y velocidad. Estas dependen del proceso de producción de energía.
  • Coordinativas: que englobarían equilibrio, coordinación, fluidez de movimientos, etc. Las capacidades coordinativas son aquéllas que permiten organizar y regular el movimiento.

En esta clasificación, la flexibilidad se encontraría entre las condicionales y las coordinativas y la agilidad dependería de la velocidad, la flexibilidad y de las capacidades coordinativas.

Los niños en edad puberal y adolescentes se encuentran en un periodo de crecimiento caracterizado por una maduración sexual y un desarrollo de las medidas antropométricas. Entendemos por pubertad el periodo que oscila entre los 11-15 años y por adolescencia, el periodo comprendido entre los 16 y 20 años. Estos periodos empiezan y terminan después en los chicos, ya que como hemos visto en otros artículos como la evolución de las capacidades físicas básicas según el sexo, las mujeres maduran una media de 2 y 2,5 años antes que los hombres.

 

¿Cómo entreno las capacidades perceptivo-motrices?

Al contrario de lo que pueda parecer esta palabreja, no hacemos más que referencia a percibir, tomar decisiones y ejecutarlas.

Según Bañuelos (1987), las exigencias de aprendizaje de una tarea motriz vienen determinadas por los 3 mecanismos que permiten su ejecución: Mecanismos perceptivos, de decisión y de ejecución. En la ejecución de un movimiento concreto y de una manera secuencial intervienen en mayor o menor medida los 3 por el orden expresado. Estas variables definen el nivel de coordinación neuromuscular requerido, cuanto mayor sea dicho nivel la tarea resultará más compleja y difícil de aprender y ejecutar. Es decir, por mucha agilidad que tenga, si la tarea a aprender es muy dificultosa, lo más probable es que no pueda hacerla. Necesitaré empezar desde el principio, con ejercicios fáciles y básicos para aprender la tarea más pesada.

El trabajo sobre las capacidades básicas de equilibración corporal y de coordinación, nos lleva a configurar las otras formas de capacitación perceptivo-motrices, también incluidas por Rius Sant dentro de las cualidades Psicomotoras, desarrollo del esquema corporal (conocimiento y ejecución de un movimiento) y percepción espacio temporal (ejecución dentro de un espacio y un tiempo definidos).

Por lo tanto, debemos aprender a percibir el estímulo en cuestión (nos aislamos de cualquier otro estímulo que no nos valga y nos distraiga), decidimos la respuesta correcta en el mínimo tiempo posible (el movimiento que vamos a ejecutar), y ejecutamos el movimiento en el menor tiempo posible y en un espacio determinado con la mayor eficacia.

Todos estos tres mecanismos, llevados a su máximo exponente, nos permitirán realizar movimientos precisos y en el tiempo óptimo. Un deportista con un esquema corporal y una percepción del espacio envidiables era, por ejemplo, Andrés Iniesta. En esta foto, sale airoso de un marcaje grupal gracias a su percepción del espacio y tiempo propio y de los demás, junto con un esquema corporal completamente afinados.

Esquema corporal y percepcioón espacio temporal de Andrés Iniesta

 

¿Cuáles serían los aspectos neurofisiológicos de la agilidad?

En este punto vamos a ver los aspectos neurales y fisiológicos más importantes de los elementos que participan en la agilidad:

La maduración del sistema nervioso finaliza hacia los 20 años y se pueden establecer etapas de aprendizaje según la evolución del mismo. En la etapa de la adolescencia, el Sistema Nervioso (SN) no sufre apenas cambios anatómicos, sin embargo su trabajo es llegar a adaptar, regular, etc; el funcionamiento corporal que sí ha o está sufriendo importantes cambios. Existen 2 etapas en las que la maduración del SN marcará el nivel de agilidad:

  • 1ª Etapa de adolescencia (fase negativa): estancamiento o retroceso en la coordinación neuromotora (envío de la señal de movimiento neuronal a los músculos) hasta que se afianza en su cuerpo. La coordinación se desarrolla más despacio que el aparato locomotor.
  • 2ª Etapa (fase positiva): el adolescente depura y controla mejor sus movimientos gracias a la experiencia motriz (mayor precisión y perfección).

Vemos a continuación, una gráfica de la evolución de la capacidad funcional, es decir, la capacidad para realizar las capacidades cotidianas de la vida, como trabajar, labores de la casa, ocio, deporte, etc.

Gráfica capacidades funcionales

– Aspectos fisiológicos de la velocidad y flexibilidad.

Hemos visto que la agilidad dependía principalmente de la velocidad y la flexibilidad, ya que no se puede ser ágil si reaccionamos de forma lenta y patosa ante un imprevisto como un tropiezo o al esquivar un objeto. Pues bien:

En este caso, la velocidad evoluciona con la maduración del organismo y el crecimiento:

  • Con la maduración del organismo:
    • desde el punto de vista neuromuscular (mielinización nerviosa, mayor velocidad de conducción, etc.); y
    • psicomotriz (conocimiento y control del propio cuerpo, aspectos coordinativos (intramusculares e intermusculares (coordinación agonistas/antagonistas).
  • Con el crecimiento (desarrolla aspectos osteo-musculo-articulares).

Por su parte, la flexibilidad evoluciona con las estructuras osteo-músculo-articulares, elasticidad y todos sus procesos químicos:

La elasticidad muscular (elasticidad viscosa o amortiguadora) es la capacidad del músculo de poder elongarse y retornar a su posición inicial de reposo una vez que ha cesado la fuerza que ha provocado el estiramiento. Esta propiedad va a permitir una máxima amplitud en los movimientos articulares y que sean compensados, acordes y no violentos. Como apunte, cabe decir que no a todas horas estamos igual de elásticos, sino que es a medio día cuando nuestros músculos están más elásticos, al contrario que nada más levantarnos que están más rígidos. Además, los jóvenes y niños poseen una musculatura más viscosa que el adulto, es decir se estirará con mayor facilidad.

 

Valoración de la agilidad.

Una de las exigencias de la labor docente o entrenador es conocer el nivel en el que se encuentran sus deportistas o alumnos. Al igual que todos los contenidos, la agilidad también puede ser evaluada. Domingo Blázquez (1990) expone una serie de tests y pruebas para la valoración de las habilidades motrices generales, en alguna de las cuales se valoran la agilidad y el equilibrio:

– Carrera de tacos 4 x 9: se colocan dos tacos de madera detrás de una línea recta. El ejecutante se coloca detrás de otra línea recta, que es paralela a la primera y está a 9 m. de ella. A la señal de salida, corre hacia los tacos, recoge uno, vuelve detrás de su línea de salida y lo coloca en el piso; corre nuevamente en busca del otro y lo trae al mismo lugar.

– Saltar sobre obstáculos: de acuerdo con la representación gráfica, el ejecutante saltará por encima y se arrastrará por debajo de los dos obstáculos alternativamente en forma de ocho. La altura del obstáculo se adaptará a la tentativa; el examinado recorrerá 5 ochos.

– Carrera en zigzag: detrás de la línea de salida, preparado para correr. Salida de pie. A la voz de “ya”, correr a toda velocidad en la dirección que indica el diagrama. El trayecto es de ida y vuelta. El candidato no debe detenerse en la línea de llegada. Debe seguir corriendo varios metros más allá.

– Slalom: se recorrerá ida y vuelta el slalom construido con soportes para saltos.

– Carrera de obstáculos: detrás de la línea de partida, preparado para correr en posición de salida de pie. El lugar de la salida es la derecha de la valla. A la voz de “ya”, correr a toda velocidad en la dirección que indica el diagrama. El cronómetro se pone en marcha a la voz de “ya” y se detiene cuando el candidato toca con ambos pies juntos, después de saltar la última valla. Es nulo si se derriba uno de los palos.

Para Generelo y Tierz proponen la que se incluye en la Batería Eurofít que implica recorrer cinco veces un espacio de 10 metros con idas y vueltas sucesivas.

 

Conclusión

Como capacidad resultante su desarrollo se estudia como un todo pero considerando cada una de las partes que la forman y adaptándolas a las características evolutivas, de crecimiento y desarrollo, del sujeto. Ya que el periodo básico de su desarrollo se produce durante el proceso de escolarización obligatoria (momento de vertiginosos cambios psicofísicos, etc), siendo entonces fundamental la adquisición de un repertorio motriz que permita la interacción con el medio con patrones motores generales y específicos.

 

BIBLIOGRAFÍA

  • BLÁZQUEZ, D. (1990). Evaluar en Educación Física. Barcelona: Inde.
  • SANCHEZ BAÑUELOS (1984): “Bases para una didáctica de la Educación Física y el deporte”. Ed Gymnos. Madrid.
  • RUIS SANT, J. (1989): «Metodología del atletismo». Ed. Paidotribo. Barcelona.
  • https://www.efdeportes.com/efd143/mejora-de-la-fuerza-resistencia-del-adulto-mayor.htm

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