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El concepto negativo del entrenamiento con pesas que tiene la mujer y las consecuencias de la sobreejercitación de ciertas partes del cuerpo.
¿Puede una mujer ponerse tan grande como un hombre si entrena con pesas?
Es uno de los grandes mitos cuando hablamos de mujeres y el entrenamiento con pesas. Lo cierto es que todo depende del tipo de entrenamiento que la persona en particular escoja. Y aún así, es imposible por razones genéticas, tal es así que en la edad adulta, la mujer tiene dos tercios de la fuerza del hombre (diferencia entre el 35-40% entre ambos sexos).
El hecho de coger una pesa y entrenar no va a hacer que te pongas ni grande ni masculinizada. Sólo si escoges grandes pesos, pocas repeticiones, un cierto tipo de descanso durante el entrenamiento y una velocidad de repetición lenta, estarás entrenando para ello. Pero no sólo depende del momento en el gimnasio, si no de la dieta (en mayor parte) y el descanso que escojas.
Dicho esto, como ya se ha mostrado en distintos artículos como Gana músculo, el hecho de ponerse gigante es una cuestión multifactorial que contiene muchas características. Por ello no temas en coger pesas, ni te preocupes mucho por el peso que vayas a utilizar, de hecho, está más que demostrado que el entrenamiento con pesas es básico para mantener la fuerza y estabilidad de nuestros músculos, ya que, como seres humanos, es algo natural.
En este sentido, un buen entrenamiento con pesas te facilitará el hecho de:
- Llevar a cabo tareas diarias que requieran coordinación, fuerza o potencia (fuerza útil).
- Tener unos músculos más tonificados y no parecer flácida.
- Tener unos músculos, articulaciones y huesos más fuertes.
- Reducir la Osteoporosis (post menopausia).
- Mejorar el balance de caídas.
- Reducir la tensión arterial (entrenando junto con ejercicio aeróbico).
Para que te hagas una idea de la frecuencia mínima de entrenamiento de fuerza para mantener un buen estado de forma, la OMS (Organización Mundial de la Salud) nos recomienda que:
Ya sea un entrenamiento de fuerza con autocargas (nuestro propio peso), mancuernas, máquinas, etc; 2 días a la semana alternados con ejercicio aeróbico son suficientes. Si quieres mejores resultados intenta entrenar la fuerza todos los días que vayas al gimnasio, focalizándote generalmente en dos grupos musculares al día. Más detalladamente, es recomendable realizar de 8 a 10 ejercicios con 10 a 15 repeticiones a una intensidad media-alta.
Es cierto que la llegada al fallo muscular cuando hacemos las repeticiones junto a un descanso entre series de 1,5 minutos, ayuda a la generación de hormonas y por lo tanto a la hipertrofia muscular (generación de músculo). Pero una vez más, es importante destacar que para llegar a parecer masculinizada y gigante se necesita mucho más.
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El abuso de ejercitar más una parte de cuerpo.
Otro de los fallos más comunes que se ven en un gimnasio es el abuso del ejercicio de una parte de cuerpo con respecto de los demás grupos musculares. Un ejemplo de esto es el entrenamiento de glúteos y piernas en detrimento del core o del resto del cuerpo, o incluso el entrenamiento de los abdominales e ignorar el lumbar. Normalmente esto es parte del pensamiento de “cuanto más, mejor” por una simple cuestión de belleza, o de una percepción nuestra que no se ajusta demasiado a la realidad
“No tengo apenas glúteos, necesito más”.
Debes saber primero de todo que si ese es tu caso, estás cometiendo un grave error. Está demostrado que el canon de belleza a seguir se encuentra en aquellos sujetos que a nivel corporal se encuentran más simétricos, también llamado “Proporción Áurea”. Aquellos que siguen este patrón de simetría son reconocidos como los más atractivos, los que desprenden una mayor armonía visual, y los que insinúan un estado corporal más saludable. No importa la cultura en la que vivas o la raza, estos patrones son los que rigen la naturaleza y por ello los que despertarán el reconocimiento de los que te rodean.
Con entrenar un grupo muscular y abandonar otro, o simplemente entrenarlo mucho menos, sólo conseguirás desalineaciones, dolores e incluso lesiones.
En resumen, las pesas, las repeticiones, las máquinas y todo aquello que a priori asusta por las consecuencias que puedan desentrañar en el cuerpo, no son más que meras presunciones que se hacen sin saber ciertamente si serán verdad, y que además, se expanden a la población como una pandemia. Si a eso le sumamos el abuso de entrenamiento de un grupo muscular con respecto a los demás, sólo conseguiremos tener un efecto negativo y completamente contrario del que nuestro cuerpo necesita.
Utiliza las pesas siempre que puedas, reparte bien los grupos musculares y los días de entrenamiento. No solo lucirás mejor, si no que estarás más sana, más hábil y más fuerte cada día.
Bibliografía
- https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity