Práctica de ejercicio físico y mejora del rendimiento académico

Ejercicio para la mejora del rendimiento académico. Influencia del deporte sobre el fenómeno de la neuroplasticidad.

Seguro que has oído hablar muchas veces que hacer ejercicio físico puede ayudar a rendir mejor académicamente. Si nunca lo habías escuchado o si no estás seguro de si esta afirmación es veraz, ya te adelanto que sí. Y los beneficios no son pocos hay que decir.

Según la revisión de Fernando Maureira Cid, diversos autores demuestran una mejora en las funciones cognitivas como la atención (Altenburg, Chinapaw y Singh, 2016; Iuliano, di Cagno, Aquino, Fiorilli, Mignogna, Calcagno, et al., 2015; Llorens, Sanabria y Huertas, 2015; Palmer, Miller y Robinson, 2013), memoria (Hawkes, Manselle y Woollacott, 2014; Maureira, Carvajal, Henríquez, Vega y Acuña, 2015), funciones ejecutivas definidas como capacidades cognitivas necesarias para controlar y autorregular la propia conducta (Chang, Ku, Tomporowski, Chen y Huang, 2012; Liu-Ambrose, Nagamatsu, Graf, Beattie, Ashe y Handy, 2010; Nouchi, Taki, Takeuchi, Sekiguchi, Hashizume, Nozawa, et al., 2014), y el rendimiento académico (Castelli, Hillman, Buck y Erwin, 2007; Dwyer, Sallis, Blizzard, Lazarus y Dean, 2001; Reed, Einstein, Hahn, Hooker, Gross y Kravitz, 2010).

Pero, ¿por qué es esto así?, ¿qué ocurre en nuestro interior para que el deporte nos haga «sacar mejores notas»? Durante este artículo vamos a intentar dar explicación a estas cuestiones, dejando ya a un lado las numerosas ventajas del ejercicio en nuestra salud.

 

Por qué el ejercicio mejora el rendimiento académico

El rendimiento académico depende de muchos factores, por lo que el estudiante en la medida de lo posible, debe intentar alcanzar un equilibrio en todos ellos. Estos factores son la inteligencia general, el razonamiento verbal y abstracto, la atención, la memoria, las funciones ejecutivas, factores emocionales, sociales (como el nivel socioeducativo de los padres), el lugar de estudio (como el colegio, instituto, etc) alimentación y su entorno social.

Ahora bien, los últimos estudios apuntan a que el estilo de vida, y más concretamente el ejercicio físico, juega un papel importante en la consecución de logros académicos. A continuación, explicaremos cómo se produce.

Bases biológicas

La actividad física facilita tanto la vascularización cerebral, como la neuroplasticidad en ciertas estructuras cerebrales y en las funciones cognitivas. Este elemento de neuroplasticidad es clave a la hora de entender nuestro artículo, concepto que se define como continuo cambio del cerebro debido a la información que recibe constantemente del exterior. En ella se producen dos fenómenos llamados neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas) y sinaptogénesis, es decir, creación de sinapsis, conexiones entre una neurona y otra célula del sistema nervioso, o bien entre dos neuronas (Maureira, 2014).

Esta neuroplasticidad se debe principalmente al aumento de producción del factor neurotrófico cerebral o BDNF (Cotman y Berchtold, 2002). En general, las neurotrofinas son una familia de proteínas, cuyas funciones principales son impedir que las neuronas inicien la muerte celular programada o apóptosis, haciendo que las neuronas sobrevivan y así promover tanto el desarrollo de nuevas neuronas inmaduras y la supervivencia de las adultas. En consecuencia, todo esto tendría como resultado que el cerebro pueda realizar nuevos aprendizajes, adquirir nuevas habilidades y generar neuroplasticidad.

El rendimiento académico gracias al deporte estaría relacionado con asignaturas como lengua, matemáticas, inglés o ciencias.

 

¿Qué tipo de ejercicios aumentan el rendimiento académico?

Aquellos relacionados principalmente con el ejercicio aeróbico o de resistencia. De la revisión de Fernando Maureira Cid, la mayoría de estudios evidenciaban que el deporte de resistencia mejoraba en las pruebas de lenguaje y matemáticas, encontrándose sin embargo, un solo estudio que lo relaciona con el entrenamiento de la fuerza.

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El estudio de Hötting K, Röder B., también nos muestra que el ejercicio anaeróbico o de alta intensidad poseería también una gran relevancia, mejorando las funciones ejecutivas, que como hemos visto antes, entre otras cosas se encargaría de planificar, organizar y gestionar el tiempo.

Desde el punto de vista de la salud, debemos tener claro que el entrenamiento de ambas capacidades de fuerza y resistencia son esenciales para mantener un estado de forma óptimo en nuestro día a día, ya que sin un sistema músculo esquelético fuerte, nuestro cuerpo será menos eficiente y más susceptible distintos tipos de lesiones.

 

Otros beneficios cognitivos para la población gracias al ejercicio físico

De nuevo, el estudio de Hötting K., nos muestra mejoras en todas las etapas de la vida y su efecto beneficioso para algunas enfermedades neurodegenerativas:

  • Si existe una etapa de mayor plasticidad neuronal, esa es la adolescencia, momento crítico de crecimiento en donde todo el organismo evoluciona para madurar en un breve período de tiempo. De esta manera, será más fácil la adaptación de las estructuras neuronales a esta edad.
  • En edades más avanzadas, la actividad física jugará un papel importante para prevenir el deterioro cognitivo.
  • Aquellas personas con enfermedades neurodegenerativas (degeneración y muerte neuronal) como Alzheimer, Ataxia de Friedreich o Parkinson; entre otras, se podrán ver muy beneficiados por la práctica de actividad física en cuanto a la salud y el mantenimiento de sus funciones cognitivas.
  • Otros beneficios para la población en general, son las habilidades de razonamiento abstracto, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y planeación estratégica.

 

Algunos estudios que evidencian la mejora del rendimiento académico y la cognición

De la revisión realizada por Fernando Maureira Cid, que va desde la edad preescolar hasta la universitaria, destacamos:

  • Estudio en Noruega a 58 colegios con 1129 niños: estos tenían clases de Educación Física 90 minutos por semana, 5′ de AF en cada clase y 10′ diarios de AF en casa. El subgrupo del estudio que tenía peores notas en aritmética, la mejoró (Aadland, Moe, Aadland, Skrede, Stavnsbo, et al., 2016).
  • Estudio en la ciudad de Kuopio en Finlandia, a 158 estudiantes de 6 a 8 años: se analizó la relación de la AF, la composición corporal, lenguaje y matemáticas, dando como resultado una mejora en los varones de la relación con la AF moderada-vigorosa, la fluidez de lectura, comprensión lectora y habilidades aritméticas. (Haapala, Väistö, Lintu, Westgate, Ekelund, Poikkeus, et al., 2017).
  • Estudio a 79 estudiantes de 9 a 11 años: mediante baterías de aptitud muscular, pruebas de aptitud aeróbica, test de memoria n-back y pruebas de matemáticas y lectura. El resultado fue una relación entre aptitud aeróbica, el test de memoria y el rendimiento matemático (Kao, Westfall, Parks, Pontifex y Hillman, 2017).
  • Estudio en Jaén (España) a 1009 estudiantes de secundaria: existe una relación positiva entre la atracción por la actividad física vigorosa en las niñas y las notas obtenidas en matemáticas y lenguaje. Pero una relación inversa en niños para esas mismas asignaturas (Ruiz, Ruiz, de la Torre, Latorre y Martínez, 2016).
  • Estudio en Egipto a 3271 estudiantes universitarios de 11 facultades: se muestra una relación entre el rendimiento académico con la práctica de AF vigorosa, la práctica de AF moderada/vigorosa y el entrenamiento de la flexibilidad (El Ansari y Stock, 2014).

 

Bibliografía

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